jueves, 24 de marzo de 2016
Hoy llueve.
Hoy llueve.
Llueve sobre el asfalto que tengo a mis pies.
Se reflejan en tu cara relámpagos de felicidad.
Truenan palabras que me hacen llover.
Las nubes se compadecen y chocan, desesperadas.
Las ballenas cantan agonizantes melodías que me apagan.
El gris de mi cuerpo es preocupante.
El sol se fue hace tiempo.
El viento azota mi cabello y lo arranca.
Me caigo por acantilados.
Mi cabeza se rompe contra las rocas.
La marea me lleva.
Estoy perdida;
Rota;
Cansada;
Consumida.
miércoles, 9 de marzo de 2016
Desgarre.
Empecé a creer que
realmente estaba rota cuando te vi.
Cuando te vi y no era conmigo.
Cuando tus manos se
entrelazaban con otras que no eran las mías.
Cuando tus sonrisas
las provocaba ella.
Cuando era ella la que te besaba
en aquella galaxia que tenías por labios.
Me rompí al llegar a
casa y ver que no eras tú el que me recibía.
Grité;
Lloré;
Desgarré;
Caí.
Acabé aplastada sobre
la que solía ser nuestra cama.
Sobre millones de
risas que ahora sonaban a nostalgia.
sábado, 5 de marzo de 2016
Versos muertos.
¿Lo escuchas? Sé que eres capaz de escucharlo.
¿Lo sientes? Seguro que sientes el caos.
Te late el vacío, late porque grita.
Grita que te llenes, que busques.
Grita que me encuentres.
¿Y si lo escucho? No puedo oírlo.
¿Y si lo siento? He dejado de sentir.
Hace tiempo que los versos murieron.
Hace mucho desde que no te busco.
Hace bastante que no te lloro.
Y te escribo.
Escribo porque los versos ya están muertos.
Porque aunque no te busque, rondas entre el caos.
Porque quiero que me escales.
Quiero que te lleves mi corazón y lo aplastes.
Que esté contigo.
Pues los versos están muertos.
Y yo he muerto con ellos.
miércoles, 2 de marzo de 2016
Planeta.
He llorado porque le he dado pocas pinzeladas rosas a tus labios cuando aún podía besarlos.
He gritado por no haber acariciado el azul de tus pómulos.
Me he vuelto histérica cuando me alejaste de tu planeta.
Y te observo.
Observo cada uno de los sitios de tu superficie, planeta.
Vivo atrapada dando vueltas sobre ti.
Soy un pequeño satélite perdido en tu órbita.
Para mí tú eres mi iman repelente.
Por desgracia, así es.
No puedo acercarme para olerte el pelo a rosas.
Se me tiene denegado el acceso a mirarte las estrellas que tienes por ojos.
Ni siquiera puedo enterrar el rostro en tu clavícula.
Planeta, eres arte.
Tienes dolor.
Eres poesía.
Eres amor.
Eres mía.
Aunque me huyas, planeta.
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