sábado, 13 de agosto de 2016

Y me besas.

 Ven, vamos a besarnos.
 A hacerlo con la delicadeza de un te quiero tímido.
Con el coraje de aquel que tiembla de amor y habla.

 Marchémonos.
Al viaje escalofriante de verte sonreír.
Al miedo de llorar porque quieres demasiado.

 Vamos a querernos.
Sin puntos, comas o paréntesis.
Escribamos nuestra historia interminable.
Aquel libro que tiembla por tener escrito tu nombre.

 Y como decía antes, vamos a besarnos.
Corre, que el tiempo apresura.
Se acaba.
Se detiene.
Estás aquí.
Sonrío.
Y me besas.

domingo, 7 de agosto de 2016

Lluvia.



 Nos subimos en una nube.
Ni siquiera sé cómo tronó.
Pero la tormenta nos alcanzó.
Los rayos pulverizaron tu corazón.
Las sonrisas desfallecieron. 

 Estallé en mitad de la tempestad.
El viento envolvió mi cuerpo.
Caí sin darme cuenta.

 Me dolían los pulmones.
No me alcanzaba el oxígeno.
No pude más.
Acabé siendo lluvia.
De esa con la que te gustaba besarme.
La melancólica.
Inspiradora de los escritores decaídos.

 E iba cayendo una y otra vez, a pedazos.
La calle estaba esparcida de mi tristeza.
De mi dolor.
De mi corazón.