Ahora que nuestra piel respira
signos a compás de la agonía.
A pesar de ser instante
te convertiste en mi constante.
Latido vacío
de quien no era bienvenido
acabó con lo que me hacía
que la noche fuera día.
Camino de espinas
sobre el azúcar de tus labios.
Que estés tan lejos
no significa que no te extraño.
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